Los edificios Gaudi, y el barrio Gotico, donde hay una acustica magica, para los musicos que pasan por ahi.
A primera vista uno se siente lleno de bienestar.
La gente es super calida, y los autos se detienen si queremos cruzar la calle.
Es lindo ver el catalan escrito por todos lados, pero si se dan cuenta de que no sos de ahi, hacen un switch a "argentino" y responden amablemente.
Volveria, 100 % volveria.